El fotógrafo Gary está harto de la delincuencia en el país y te brinda consejos para no ser víctimas de los amigos de lo ajeno.
El fotógrafo Gary está harto de la delincuencia en el país y te brinda consejos para no ser víctimas de los amigos de lo ajeno.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un churrasco con papas fritas, arroz y ensalada de lechuga. Para tomar pidió una jarrita con cebada heladita. “María, el avance de la delincuencia en el país es implacable. Todos los días vemos homicidios por sicariato, asaltos, extorsiones a pequeños y grandes negocios, estafas, robos a mano armada y violaciones. Nadie está seguro ni en su casa ni en la calle. Y todo esto, mientras la presidenta Dina Boluarte y sus ministros se esfuerzan por justificar los costosos relojes Rolex que la mandataria usaba en sus actividades y que se los prestó su ‘wayki’, el gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima.

El lunes, en Chaclacayo, dos sicarios en moto, presumiblemente a órdenes de una mafia extranjera, asesinaron al cantante de cumbia Erick Antonio Cañahua Ángeles y tres amigos, cuando comían y bebían cervezas en una cebichería. Hace solo unos meses, los denominados ‘parqueros’, asesinos a sueldo de mineros ilegales, mataron a nueve vigilantes y obreros en una mina de Pataz, en La Libertad. Y hace unos días, en la misma zona, cual terroristas de Sendero Luminoso, volaron dos torres de alta tensión para quitar energía a la mina Poderosa.

Esa zona, como dice el estudioso en temas de narcotráfico y subversión, Pedro Yaranga, se ha convertido en ‘tierra de nadie’, donde el Estado no tiene presencia. La Policía, así como el Poder Judicial y el Ministerio Público, deben iniciar una guerra total contra las mafias y organizaciones criminales que aterrorizan a la población y las empresas legalmente establecidas.

No esperemos llegar a la situación de Haití, donde hace unas semanas bandas armadas se atrevieron a atacar el Palacio Presidencial en Puerto Príncipe, desafiando al Estado. Por eso debemos cuidarnos al salir de casa. No exponer nuestras vidas, pues ahora los hampones no tienen piedad de nadie.

  • Cuando estés en la calle, evita mostrar tus joyas, celulares o relojes de alta gama. Si debes contestar una llamada, ingresa a un local.
  • No retires demasiado dinero de los bancos. Si deseas hacer una transacción importante, hazlo por Internet. Es más segura.
  • Nunca te opongas a un asalto. Hazles caso a los ladrones. Mejor es preservar la vida. Los de ahora disparan a matar, sin piedad.
  • Denuncia los robos y aporta pruebas. Tarde o temprano los ladrones caerán y tu versión servirá para meterlos a la cárcel.
  • No escatimes en proteger tu casa de los ladrones. Asegura puertas, ventanas y pasadizos. Incluso ten un perro guardián.
  • No caigas en estafas por teléfono, como el del hijo o familiar detenido que pide que le deposites dinero”. Me voy, cuídense.

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