Landy Párraga
Landy Párraga

Este Búho cree que la brutal ola de violencia que envuelve a Ecuador se va pareciendo cada vez más al salvaje accionar de los carteles mexicanos que han inundado su otrora pacífico territorio. Los turistas extranjeros, como este columnista, llegaban para vacacionar en el bello balneario de Salinas. Hoy recalan extranjeros, entre ellos delincuentes mexicanos y colombianos siniestros, que han tomado sus puertos para exportar cocaína, se cometen magnicidios, organizan motines sanguinarios en las cárceles con decenas de muertos, se enfrentan en sangrientas guerras por el ‘mercado’ de la droga y el sicariato reina en la región.

Ya no se respeta a nadie. Como acaba de suceder con el cruel asesinato, hace unos días, de la reina de belleza y conocida influencer Landy Párraga, de 23 años. El video de su terrible homicidio ha dado la vuelta al mundo por la crueldad y sangre fría de los criminales. Ella terminaba de almorzar con su novio, el cirujano plástico José Luis Betancourt, y se había parado de la mesa. Minutos ante del atentado había subido en su último reel de Instagram un pequeño video de ella mostrando un plato de cebiche de pulpo con un huevo frito encima al estilo ecuatoriano. En la misma red social contaba con miles de seguidores, quienes también pudieron contemplar su última fiesta. En medio de los fuegos artificiales, la pareja disfrutaba de su amor. Las escenas son espantosas. Dos sicarios, pistola en mano, con gorras y mascarillas para ocultar sus rostros, irrumpen en el restaurante especializado en cebiches, situado en un centro comercial de Quevedo.

El primero de los asesinos avanza de frente hacia ella y le dispara al cuerpo. Ella cae al suelo. El cirujano se tira al piso y se protege con una mesa, lo que a la postre le salvó la vida, porque también disparan contra él. Ya en el suelo, tumbada de espaldas, el sicario apunta a la cara de Landy y aprieta el gatillo antes de iniciar la retirada. El segundo homicida se despide con otro disparo. La Policía baraja algunas hipótesis, pero Landy no había estado ajena al ojo público.

Dos años antes la involucraron en un escándalo criminal-político cuando se descubrió que era amante de uno de los principales narcotraficantes norteños, el tristemente célebre Leandro Norero, ‘El Patrón’, asesinado en octubre de 2022 en la prisión de Cotopaxi, Ecuador. Dos años antes, la justicia lo procesó por tráfico de estupefacientes en Perú. Sin embargo, sus abogados con supuestos sobornos en el Poder Judicial peruano mostraron falsas pruebas de su supuesta muerte por coronavirus en Lima, por lo que pudo regresar a Ecuador a seguir operando con certificado de defunción. Hasta que cayó preso en mayo del 2022. El motín en la cárcel de Cotopaxi, donde murieron por balacera 15 reos, fue organizado para asesinarlo.

Meses antes cuando lo capturaron se le incautaron decenas de inmuebles lujosos y vehículos de alta gama por un valor de 18 millones de dólares. En uno de los chats de WhatsApp intervenido a Norero, este aseguraba que pagó 300 mil dólares para que no se hiciera pública su relación con Landy, socialité que le presentaba al narco a personalidades de la política sobornables como César Litardo, expresidente del Parlamento, y a varios generales corruptos.

La Fiscalía dio cuenta de otros vouchers de pagos de miles de dólares realizados por Norero a la reina de belleza. Con la muerte del delincuente, Landy pensaba que se había ‘blanqueado’, se presentaba como comunicadora social de 23 años y dueña de una línea de ropa deportiva. Aprovechaba su fama de ‘virreina’ de Quevedo. Se comprometió con un cirujano ‘limpio’. Previamente había ganado otros concursos de belleza, convirtiéndose en ‘Señorita Turismo’ de Quevedo y ‘Miss Mesoamérica Ecuador Internacional’.

“Muchas personas han visto que es notorio mi crecimiento en ese ámbito (como empresaria vendiendo zapatos de diseño al principio). También con mucha ayuda de mi novio, de mi familia. Aquí estamos con este gran sueño. Me costó ahorrar full”, explicó Párraga a una periodista. Pero pocos le creían eso de sus ‘ahorros’. La noticia de su asesinato cayó como una bomba en un país que vive con terror la ola de violencia provocada por el narcotráfico desde hace cuatro años. La reina ignoró una regla básica: del nacotráfico solo se sale muerto. Apago el televisor.

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