Criollismo.
Criollismo.

El , que celebramos el 31 de octubre, es propicio para reflexionar sobre las diferencias entre criollismo y criollada, en muchos aspectos dos polos opuestos de una cultura popular derivada de la síntesis que viene desde la Colonia entre las costumbres europeas llegadas a América y la manera de pensar de culturas autóctonas que recibieron a los conquistadores españoles en el siglo XVI.

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En ‘El criollo, el criollismo, la criollada. Un ensayo acerca de los aspectos positivos y negativos de la mentalidad criolla’, el psicólogo y docente universitario Ramón León señala que, en forma general, los términos criollo y criollismo se asocian a cosas positivas.

Se relacionan con la religiosidad católica, la fe católica, la música criolla, las atenciones a quienes nos visitan, la comida peruana -que además de ser deliciosa se suele servir en abundancia a quien visita nuestra casa-, el respeto a mujeres y a adultos mayores, y el cuidado a los niños.

Criolladas.
Criolladas.

Sin embargo, León advierte que al hablar de criollada todo se vuelve negativo. “Una estafa es una criollada, una leguleyada también: ‘sacarle la vuelta al otro’, ‘sorprenderlo’, ‘darle gato por liebre’, son términos muy negativos y nuestros para definir una criollada que, en esencia es una conducta que atenta contra normas éticas y que en muchos casos llega a ser un delito”, indica.

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La procesión del Señor de los Milagros y el Festival de la Marinera son festividades del criollismo, mientras son criolladas pasarse la luz roja con el auto, saltarse las colas, llegar tarde a una reunión, no pagar las deudas, hacerse el enfermo para evitar un examen. Perú necesita dejar de lado a las criolladas.

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Dato.

En 1944, el presidente Manuel Prado estableció el Día de la Canción Criolla para afianzar nuestra identidad nacional.

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