Es una decisión difícil, así que evalúa con la cabeza fría si es lo que realmente quieres. Foto: Istock.
Es una decisión difícil, así que evalúa con la cabeza fría si es lo que realmente quieres. Foto: Istock.

Si perdonar una infidelidad es complicado, recuperar la relación cuando hay hijos de por medio es todavía peor. Es un reto que muchas parejas se trazan, pero son pocas las que lo hacen a consciencia. Por eso, antes de ilusionarte y dejarlo todo en la cancha de la reconquista, evalúa si no estás confundiendo sentimientos y qué esperas en esta nueva etapa de la relación.

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Y para lograrlo, el psicólogo Ítalo Arrúe enumera cuatro errores que deben evitar en este intento de volver a ser una familia:

  1. Hacer como si nada hubiera pasado. Perdonar no significa olvidar. Debes ser consciente de los errores que terminaron la relación y aprender de ellos. Ilusiónate, enamórate, pero esta vez usando la razón. No te ciegues.
  2. Utilizar a los hijos para reconquistar. Ellos no son parte de esta ecuación, aléjalos de cualquier situación que vulnere su tranquilidad. Eviten comentar la noticia hasta estar completamente seguros.
  3. Mencionar la infidelidad en cada discusión. Solo evidencia que aún no logras pasar la página y la herida sigue abierta. Y bajo ese panorama sería poco saludable darse otra oportunidad.
  4. Volverse invasivos, controladores, manipuladores o pusilánimes. En el afán de ‘no repetir los mismos errores’ o demostrar que ahora sí eres alguien confiable.

¿Cómo saber si están listos para darse una nueva oportunidad?

Aunque no hay un decálogo de señales que te indican el momento indicado para volver a empezar, lo más importante siempre será reconstruir la confianza. Una vez que sientes que otra vez puedes confiar en tu pareja o el papá de tus hijos, entonces ya estás un paso adelante.

Tómense un tiempo para procesar lo que pasó, admitir errores, asumir culpas y pedir perdón. Solo así lograrán reconstruir la confianza en la relación.

Además, recuerden que si hay hijos de por medio, deben tomar las cosas con más calma y siempre pensando en la tranquilidad y bienestar de ellos. No vale la pena ilusionarlos con algo de lo que todavía no están seguros. Porque al final del cuento, ellos serán los más perjudicados, sobre todo si son niños o adolescentes.

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