‘Cuto’ Guadalupe celebró así los 39 años de su sobrino Jefferson Farfán en su discoteca privada: “Una noche de ensueño”

Sentado al costado de mi sobrino Jefferson Farfán, compartiendo una misma mesa, acompañado de la  familia y con grandes amigos, empezamos con los festejos por sus 39 años. La reunión estaba acompañada de una cena de un rico bufet, especialidad de la casa, bien complementado por unos tragos para la ocasión y en el escenario disfrutábamos de un show criollo. Era inicio de una noche de festejos que acabaría muchas horas después con la salida del sol.

Sin duda que fue una noche de ensueño por la magia de la familia, de los amigos, que compartimos con Jefferson Farfán cada momento. Él había preparado y cuidado cada detalle de su festejo, fiel a su estilo, para que la noche sea inolvidable para sus invitados y cada momento quede grabado en videos como en fotografías, para que cuando lo vuelva a ver, lo recuerde y reviva el momento.

Compartí con mi hermana Charo, con el ‘narrador de cuentos’ Roberto Guizasola, también conocido como Tony Montana; con mi cuñado Gino Alfaro, con el ‘Chino’ Taque, con ‘Cruzeiro’, que le puso su chispa a la reunión.

TENGO HAMBRE

El bufet criollo estuvo compuesto de arroz con pollo, picante de pato, frejoles con seco, pollo enrollado con arroz árabe, causa de pollo, arroz a la jardinera, platos preparado por las benditas manos de mi hermana Diana y mi sobrina Milagros. Una sazón exquisita.

No podía faltar una buena carne a la parrilla con un buen vino para sentar la carne en una noche maravillosa. Hubo su brindis respectivo con los buenos deseos para el cumpleañero. La noche recién empezaba. Luego de la cena, vendría su respectivo baile.

Había un barman que te atendía muy bien en la barra, sirviéndote los tragos que más te apetecían. Todo a la altura de la ocasión.

BAILA CONMIGO EN ‘LA CALIENTE’

Cada instante que pasaba, hacía que la noche se ponga más a punto, si cabe el término. Había que pasar a otra etapa de la reunión y de la casa. Es en ese momento que me llevan a ‘La caliente’, la conocí por primera vez en su real dimensión, la discoteca privada de mi sobrino. Un lugar acogedor, alucinante, donde uno recibe las energías positivas de los presentes y da rienda suelta a sus mejores pasos. Por un momento sentí o pensé que estaba en Ámsterdam. Impresionante.

En ese lugar me transformé. Estaba poseído bailando al ritmo de los grupos de Los de La caliente, Suu Rabanal, Coco La Figura y me dejé llevar por el buen ambiente de la noche compartiendo con cada uno de la familia y amigos que hacían de cada momento algo muy especial.

En el escenario saqué mis mejores pasos, fiel a mi estilo, saqué lo mejor de mi repertorio, swing, guaguancó, fui dejando en ficha a cada impostor en el baile.

Poseído por la buena vibra de la fiesta pasaron las horas y, cuando me di cuenta, ya había amanecido y no sentí la noche. Así viví el cumpleaños de mi sobrino Jefferson Farfán. Era la primera vez que compartía su onomástico en tantos años. Y estoy seguro que no será el último querido sobrino Jefferson Farfán.