Clint Eastwood. (Foto: Getty Images)
Clint Eastwood. (Foto: Getty Images)

Este Búho admira al quien se convirtió en tendencia en redes sociales por una imagen impactante a pocas semanas de cumplir 94 años. El cineasta se presentó con una poblada barba, algo despeinado, y luciendo un ‘look’ informal. Llevaba una camisa a cuadros, unos pantalones grises y unas zapatillas de deporte.

Se trata de la primera aparición en público después de cinco meses. Twitter se llenó de comentarios, pero este columnista se pregunta ¡qué pretenden ver en un hombre de más de 90 años! Incluso tiene pendiente de estreno una película cuyo rodaje empezó a mediados del año pasado.

Se trata de una leyenda viva del séptimo arte que, increíblemente, todavía se mantiene en actividad, no solo como director, sino como actor, como se evidenció hace unos años con su sorprendente filme ‘La mula’ (2018), que estos ojazos vieron en esos entrañables ‘lunes cinemeros’ en El Pacífico.

Tengo que ingresar al túnel del tiempo para recordar mi niñez en la década de los setenta, cuando con mi mancha entrábamos de contrabando a la cazuela del cine Mirones, hoy convertido en gigantesco edificio de departamentos. Los palomillas juntábamos unas monedas, aparte de la entrada, para entregárselas al ‘tío’ de la boletería y este nos hacía pasar a ver películas para mayores, como las de vaqueros con Clint Eastwood en ‘Por unos dólares más’ (1965) o ‘El bueno, el malo y el feo’ (1966), junto a dos grandes ya fallecidos: Lee Van Cleef y Eli Wallach, ‘el malo’ y ‘el feo’.

De más está decir que Clint era ‘el bueno’. Uno pensaba que esas producciones las filmaban en el oeste norteamericano. Solo después supe que el responsable de esas ‘joyitas’ era el italiano Sergio Leone y que las rodaba no en los desiertos de Arizona, sino de Almería, España. Ese ramillete de cintas clásicas de cowboys pasaron a la posteridad con el nombre de ‘spaghetti western’, considerado un subgénero en su momento, pero hoy son películas de culto.

Tráiler de “Cry Macho”
Tráiler de “Cry Macho”, película de Clint Eastwood

Clint Eastwood no se encasilló en el western

Clint no se encasilló en el western, pues de la mano del director Don Siegel alcanzaría su consolidación en esa trepidante saga de películas sobre el detective Harry Callahan que inició con ‘Harry el sucio’ (1971). En medio de una ciudad como San Francisco, con lacras delictivas como violadores y asesinos de niños, Harry es aún más maldito que los criminales.

Cuando su jefe del Departamento de Policía le recrimina ¡¡por qué nunca detienes a los criminales, todos terminan muertos!!, Harry responde tranquilamente: ‘Yo no, ella es la que no quiere traer detenidos’ y señalaba a su tremenda pistola Magnum 44. El éxito comercial de la saga le trajo problemas con la crítica ‘progre y obtusa’, que lo acusó de fascista.

A inicios de los setenta Clint comenzó su carrera como director. Y en los ochenta, asumió como director y protagonista de un nuevo western, el interesante ‘El jinete pálido’ (1985), donde encarna a un pistolero asesino convertido en predicador en medio del salvaje oeste de la ‘fiebre del oro’.

Pese a ello, la crítica —salvo la francesa— seguía sin tomarlo en serio, pese a que en 1988 dirigió la desgarradora y espléndida ‘Bird’ sobre la vida del legendario músico de jazz Charlie Parker. Solo después de realizar otras tres películas de buen nivel, por fin con ‘Los imperdonables’ (1992) le otorgaron el Oscar al mejor director y a la mejor película, galardones muy merecidos. Pero no quiso encasillarse en el western y el año siguiente hizo ‘Un mundo perfecto’ (1993), que le dio el papel de su vida a Kevin Costner, un fugitivo de la justicia que secuestra a un niño en su huida.

Luego nos sorprendió con un filme de amor, de esos que hay que ser de piedra para no lagrimear, ‘Los puentes de Madison’ (1995), haciendo dupla con la inmensa Meryl Streep. Pero sería con un filme desgarrador, sobre una joven boxeadora y su viejo entrenador, ‘Golpes del destino’ (2004), con el que volvería a ganar el Oscar al mejor director.

Después empezaría a borrar esa mala fama de ‘reaccionario’ con estupendos filmes como ‘Río místico’ (2003), ‘Cartas desde Iwo Jima’ (2006), donde presenta la visión japonesa del conflicto del Pacífico contra los norteamericanos durante la Segunda Guerra Mundial.

También la relación de un temperamental veterano de la guerra de Corea con unos inmigrantes coreanos en ‘Gran Torino’ (2008) o ‘Invictus’ (2009), magistral visión de cómo el recién elegido presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, utilizó el Mundial de rugby en su nación para reconciliar a un país desangrado por el racismo y la sed de venganza.

También sobresalió con ‘Francotirador’ (2014), impresionante drama bélico sobre la guerra en Irak. Cumplió 90 años y estrenó ‘El caso de Richard Jewell’ (2019), drama sobre el atentado terrorista durante los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. En los últimos años hizo ‘Cry Macho’ (2021), que ya no tuvo el brillo de otras. Pero sigue trabajando. Como sus personajes en la ficción, el ‘viejo’ Clint es inacabable. Apago el televisor.

MÁS INFORMACIÓN:

tags relacionadas

Contenido sugerido

Contenido GEC